De sus entrañas nace el Río Duero, es maravilloso ver como brota un pequeño chorro de agua entre las rocas, el agua está muy fría y parece increíble como algo tan pequeño, después se pueda convertir en uno de los ríos más grandes de España.
Llegar hasta la cumbre no es fácil, pero merece la pena disfrutar de los paisajes, la naturaleza, los senderos y caminos y sobre todo disfrutar de la compañía inigualable del Río Duero.

Cualquier momento del año es perfecto para realizar una excursión como esta, en invierno con todo cubierto de nieve o en verano, el paisaje sigue siendo precioso.
Sentir la libertad, tener la sensación de que nadie puede molestarte, escuchar a los pajarillos cantar, pero sobre todo la pureza del aire que se respira.
No hay nada comparable a la sensación de estar en lo más alto de la montaña o beber un poco de agua de el nacimiento, pero espero que las siguiente fotos no os dejen indiferentes.
Andrea.